El manejo inicial del paciente diabético tipo 1 dependerá del estado clínico en el que se encuentre, teniendo siempre como primera medida la rehidratación endovenosa.
El adulto debe hospitalizarse si desarrolla cetoacidosis o descompensación.
En caso de encontrarse estable, podría ser manejado en forma ambulatoria
si se cuenta con buena colaboración por parte del paciente y su familia,
y con un equipo interdisciplinario de atención diabetológica (endocrinología,
nefrología, neurología, odontología, oftalmología, nutrición, psicología).
El paciente pediátrico debe siempre ser hospitalizado, aun aquellos niños
con síntomas y signos leves o moderados pero clínicamente estables, para prevenir
la descompensación e iniciar el plan de educación a la familia.
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